sábado, 24 de abril de 2010

Caminaba un día por la calle, cuando observé como unas nubes oscuras se juntaban en el cielo, y vi luego como la lluvia empezó a caer. Rápidamente busqué refugio al mismo tiempo que la suave lluvia se convertía poco a poco en tormenta.

Encontré refugio bajo una cornisa, a la entrada de una casa, en el momento en que la tormenta caía con más fuerza y estruendo.

Vi entonces una pequeña rosa roja, golpeada y encorvada por las grandes gotas de agua que constantemente le azotaban; y a pesar de esto no se rompía, sino que soportaba con increíble resistencia el gran embate de la lluvia y cada uno de sus golpes; manifestado en grandes y pesadas gotas de agua.

Me sorprendí al ver como a pesar del viento y lluvia, la pequeña rosa roja soportaba el gran castigo, sin ceder. En muchos momentos, pensé verla caer, derrotada por la furia del agua; sin embargo, volvía a enderezar su ya doblado tallo por la lluvia.

Al pasar la lluvia, y ver como el sol salía de entre las oscuras nubes, noté con asombro como la pequeña y frágil rosa roja, estaba aún en su lugar, con su tallo erguido hacia el cielo, mostrando con orgullo sus bellos pétalos rojos, en señal de su victoria ante las fuerzas de la misma naturaleza, a la cual pertenecía.”

- La indefensa rosa luchaba por seguir en pié ante la tempestad…

- Su lucha había sido dura, tal vez habría sentido que ya no podía mas...

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